Cuando descubres que tu hija tiene un problema se abre un gran vacío a tus pies y los caminos a seguir desaparecen, no hay rumbo…
O por lo menos así me pasó a mí…
Écora transforma tu vacio en suelo dónde poner los pies, son un todo, ayudan al niño y a los padres en una simbiosis completa para que la familia siga unida hacia la misma dirección, el bienestar del niño.
Hace 5 años que los encontramos y allí seguimos, día a día construyendo un mejor camino para nuestra hija, como una gran familia, así los sentimos, son como de la familia.
Ellas buscan día a día la terapia que mejor le va en cada momento, se adaptan a los tiempos del niño, con cariño, con tacto y con entendimiento consiguen mejoras increíbles y no sólo lo he visto en mi hija, lo que he visto en muchos niños que han pasado por sus manos.
En Écora encontramos el camino que necesitábamos para seguir, un destino.
Muchas gracias chicas por seguir adelante.